sábado, octubre 07, 2006

El icono del liberalismo Jean-Françoise Revel, recientemente fallecido y al que ya se homenajeó en estas páginas, es el autor de este magnífico libro cuyo título es un claro indicio de sus intenciones. Para Revel, en el fondo de ese antiamericanismo burdo y paleto se esconden todos aquellos que se oponen a la libertad tanto económica como política. Incluso, sorprendentemente, también en Europa. Después de los atentados del 11 de septiembre, muchos de esos enemigos del liberalismo se alegraron de que, por fin, los americanos tuvieran ese colosal escarmiento. Se lo merecían. Occidente agoniza entre hipocresías y autoflagelaciones que sólo podría analizar el inconsciente colectivo de Jung, como un intento desesperado de entender la influencia que puede tener la mitología cristiana que nos enseñó el cuento del pecado original. Maldita culpa heredada. Sólo así puede comprenderse la tibieza de los países occidentales ante el nuevo totalitarismo clerical que nos amenaza. No hubo manifestaciones contra los causantes del atentado más mortífero. Sin embargo, hubo, hay y habrá manifestaciones contra América. Europa quiere dar lecciones de democracia a América. Una Europa que en el siglo XX ha visto nacer dentro de sus fronteras los dos totalitarismos más sangrientos conocidos hasta ese momento, dos guerras mundiales, dictaduras y guerras civiles vergonzosas. Una Europa decrépita y hundida que abrió los brazos a las tropas americanas cuando vencieron a Hitler.